Estos animales se ven muy afectados por las actividades humanas, como son la depredación por perros, los incendios forestales y la pérdida de hábitats en zonas densamente pobladas, si bien, todas estas intromisiones son ínfimas comparadas con el impacto causado por el tráfico rodado. Sus hábitos nocturnos, su andar lento (aunque con sorprendentes puntas de velocidad) y una estrategia de defensa basada en conformar una bola inmóvil y confiar en sus afiladas púas, hace que sean carne de cañón frente a los vehículos a motor.
Las señales de tráfico pueden advertir de aquellas zonas con especial afluencia de erizos (Imagen de aquí).
Los ciudadanos concienciados pueden actuar allí donde la Administración no llega (cartel artesanal colocado en un pino en un margen de la CV-415 entre Buñol y Alborache (Valencia)).
El estudio de las poblaciones de erizos es tremendamente difícil, ya que no existen técnicas fiables que nos permitan determinar la densidad de ejemplares que habitan una zona. Los estudios actuales se basan en el reporte de los encuentros fortuitos y en la recopilación de datos de atropellos. La asociación Galanthus puso en marcha en el año 2008 el Proyecto Erizos, creando una red de colaboradores voluntarios y centralizando la gestión de datos. Recomiendo encarecidamente la visita de su página web http://www.atelerix.org/es/ donde existe la posibilidad de darse de alta como colaborador y participar en el proyecto aportando las propias citas. También se ofrece una completa guía de diferenciación entre europeo y moruno, datos de biología y ecología, estado actual del muestreo, mapas de distribución, etc.
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