lunes, 30 de septiembre de 2013

¡¡¡Atención, erizos cruzando!!!

En la Península Ibérica contamos con dos especies distintas de erizo, el europeo (Erinaceus europaeus) y el moruno (Atelerix algirus), cada una con unas características físicas y unas necesidades ecológicas específicas.

Estos animales se ven muy afectados por las actividades humanas, como son la depredación por perros, los incendios forestales y la pérdida de hábitats en zonas densamente pobladas, si bien, todas estas intromisiones son ínfimas comparadas con el impacto causado por el tráfico rodado. Sus hábitos nocturnos, su andar lento (aunque con sorprendentes puntas de velocidad) y una estrategia de defensa basada en conformar una bola inmóvil y confiar en sus afiladas púas, hace que sean carne de cañón frente a los vehículos a motor.


Las señales de tráfico pueden advertir de aquellas zonas con especial afluencia de erizos (Imagen de aquí).



Los ciudadanos concienciados pueden actuar allí donde la Administración no llega (cartel artesanal colocado en un pino en un margen de la CV-415 entre Buñol y Alborache (Valencia)).


El estudio de las poblaciones de erizos es tremendamente difícil, ya que no existen técnicas fiables que nos permitan determinar la densidad de ejemplares que habitan una zona. Los estudios actuales se basan en el reporte de los encuentros fortuitos y en la recopilación de datos de atropellos. La asociación Galanthus puso en marcha en el año 2008 el Proyecto Erizos, creando una red de colaboradores voluntarios y centralizando la gestión de datos. Recomiendo encarecidamente la visita de su página web http://www.atelerix.org/es/ donde existe la posibilidad de darse de alta como colaborador y participar en el proyecto aportando las propias citas. También se ofrece una completa guía de diferenciación entre europeo y moruno, datos de biología y ecología, estado actual del muestreo, mapas de distribución, etc.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Barotraumatismo en murciélagos

Es bien conocido el impacto que los parques eólicos tienen sobre determinadas especies de aves. Existen, de hecho, numerosos estudios y testimonios gráficos de ejemplares con graves lesiones provocadas por las aspas de los aerogeneradores. Sin embargo es mucho menos conocido el efecto que tienen sobre las especies de murciélagos. Y es que el pequeño tamaño y los hábitos nocturnos de los quirópteros no facilitan la tarea. Además cuesta entender cómo pueden afectarles, sabida de su extraordinaria pericia de vuelo, gracias al desarrolladísimo sistema de ecolocalización que les permite esquivar obstáculos y cazar insectos voladores.

                                                                          Imagen de aquí

La explicación es la siguiente, los murciélagos no sufren (casi nunca) el impacto directo de las aspas, sino que, al pasar cerca de una de ellas ésta, en su giro, produce una depresión en el aire circundante, lo que genera un aumento del volumen pulmonar y, como consecuencia un enfisema pulmonar y daño en los tejidos.

Como esto es algo difícil de entender haré un símil con el accidente sufrido por los buceadores y que es conocido como descompresión. Por efecto de la presión, a 10 metros de profundidad el aire ocupa aproximadamente la mitad del volumen que ocuparía en la superficie, de forma que un submarinista que hinchase sus pulmones a esa profundidad y ascendiese inmediatamente sin perder aire padecería serios daños pulmonares (entre otros) como consecuencia del aumento de volumen del gas contenido.

Es exactamente lo que les ocurre a los murciélagos, el animal que pasa volando cerca del aspa sufre la súbita dilatación del aire contenido en sus pulmones por efecto de la descompresión del aire atmosférico producido  por el movimiento del aspa y, como consecuencia los daños pulmonares (dilatación, enfisema pulmonar, congestión, hemorragia, edema alveolar, etc), que desembocan en la muerte.


En la imagen un pulmón de murciélago dañado (A). Los cortes histológicos muestran un pulmón normal (B) y otro dañado (C) con señales de hemorragia y congestión. La figura D muestra un pulmón lesionado con el 90% de los alveolos y las vías respiratorias afectadas por edema.


Para saber mas:

Erin F. BaerwaldGenevieve H. D'AmoursBrandon J. Klug and Robert M.R. Barclay (2008) 
Barotrauma is a significant cause of bat fatalities at wind turbines
Current Biology, Volume 18, Issue 16, 695-696.



domingo, 1 de septiembre de 2013

Fauna en pay per view

Desde hace no mucho tiempo se han generalizado en España las empresas que se dedican al turismo de observación de fauna. No se trata de un fenómeno nuevo, pero hasta hace unos años la oferta era escasa, centrada en la ornitología y fundamentalmente enfocada al turista anglosajón. Sin embargo, quiero pensar que, como consecuencia de la mayor concienciación social y del aumento de las poblaciones de algunas especies emblemáticas, ahora es posible contratar los servicios de profesionales para observar o fotografiar aves y mamíferos excepcionales.

Actualmente una empresa nos puede llevar a ver lobos en la Sierra de la Culebra, linces en Doñana o urogallos en el Valle de Arán, por poner unos ejemplos rápidos. Al tratarse, en muchos casos, de especies sensibles a la presencia humana, cabe preguntarse por el posible impacto negativo que tales actividades pueden tener en las poblaciones. Precisamente por este punto se preguntaba un artículo de la revista Quercus de agosto de este año (Quercus nº330, págs. 80 y 81).

Foto de aquí

Recientemente leía en prensa que el Conselh Generau d’Aran (el órgano de gobierno autónomo de la Val d’Arán) había entablado conversaciones con 2 empresas dedicadas al turismo de fauna en dicho valle pirenaico y con otros 3 turoperadores interesados en realizar acciones futuras. Pretende controlar la instalación de los hides de observación, el volumen de turistas y cobrar una tasa por dichas actividades, pudiendo perseguir así a “empresas furtivas”.


A pesar de que esta tasa repercuta en el precio final a pagar por el cliente, creo que se trata de una opción adecuada para mantener bajo control la presión sufrida por las especies y garantizar la participación de empresas profesionales, con protocolos auditables y que rindan cuentas a la administración (que es la encargada de gestionar el patrimonio), frente al desgobierno que supondría que cualquier persona guiase grupos de forma incontrolada. Al final, se trata de pagar por disfrutar del aprovechamiento de un recurso, como haría una empresa maderera, un coto de caza o un terreno micológico. 
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